Literatura Juvenil

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Literatura Juvenil. Parte 1
Entre las sagas y el cómic

Por Verónica Carrera y Javiera Gutiérrez




¿Qué ofrece la industria editorial al joven lector? ¿Se puede hablar de un boom de la literatura juvenil?

El fenómeno, en nuestro país, tiene todavía pocos años. Recién en las postrimerías de los ochenta se empezó a hablar de "literatura juvenil". No se sabía si tenía sus propios temas y reglas, pero estaba claro que los adultos no contaban con textos apropiados para ofrecerles a los lectores de doce años en adelante. El secundario se nutría en su mayoría de los clásicos universales y de la literatura latinoamericana y española (Benedetti, Cortázar, García Márquez, Vargas Llosa, Quevedo, Cervantes, Calderón de la Barca, por nombrar algunos), mientras que en los últimos años de la escolaridad primaria, se proponían autores nacionales que escribían para el público infantil. El material de lectura que podía encontrarse dedicado especialmente al público juvenil ofrecía una mirada no exenta de moralejas y modelos sociales estáticos de jóvenes "correctos". Pasaron pocos años para que algunos escritores argentinos comenzaran a tomar las voces de los adolescentes para contar sus conflictos e inquietudes. Violencia, solidaridad, colaboración, autosuperación, búsqueda de la identidad, problemas familiares, justicia, autoridad, éxito y fracaso fueron temas que la literatura juvenil nacional comenzó a abordar, de la mano de autores como Silvia Schujer, Pablo De Santis, Antonio Santa Ana o Marcelo Birmajer. Sin embargo, en estos días, cuando la complejidad social propone permanentemente nuevos desafíos para la literatura juvenil, no es éste el aspecto más prolífico de las producciones destinadas al sector. Pero gracias a los esfuerzos de las editoriales y de los autores, hay un universo temático que aflora aunque todavía no se llegue a construir del todo.

El Libro Álbum

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 Isol - Vida de Perros (1997)


El Libro Álbum 
Verónica Carrera



El libro álbum, también conocido como libro texto-imagen o picture book, se caracteriza por presentar una unidad de lectura entre el texto y las ilustraciones. Este formato se ha extendido mucho en los libros dedicados a los lectores más pequeños, a quienes el mercado ha segmentado en "prelectores" (antes de la adquisición de la lectoescritura) y "primeros lectores" (iniciando el proceso de lectoescritura). Una de las virtudes de esta clase de libros consiste en la posibilidad de interactuar con las imágenes; algo que, de hecho, los niños hacen todo el tiempo, mucho antes de aprender a leer.

A la hora de la lectura de un texto literario, las experiencias previas, las inquietudes, la imaginación, las habilidades del lector influyen en la construcción del significado, y la palabra genera sentimientos, emociones y nuevas experiencias. En el caso del libro álbum a esta construcción literal se le suma el hecho de que las imágenes son portadoras de un contenido para interpretar y, al mismo tiempo, propician una experiencia estética enriquecedora por sí sola. Lo que promueve el éxito es la interrelación absoluta entre lo que cuentan las palabras y lo que cuentan los dibujos, como si entre ambos lenguajes existiera un pacto. Así es como muchas veces, en el libro álbum, el texto se reduce a uno o dos versos, incluso desaparece totalmente, y la narrativa permanece.


Florencia Esses

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Florencia Esses

Una de castillos
Verónica Carrera


En este libro hay tres cuentos. En el primero, Carola cocina para los reyes y sus platos son muy ricos, exquisitos; el secreto podría estar en las enseñanzas de una abuela o en un libro mágico, tal vez ancestral, pero no. En el segundo cuento, una reina quiere saber el futuro de sus hijos, que son seis, y la respuesta llega de una manera un tanto inesperada. En el tercero, un guardián muy especial querrá tomarse vacaciones, pero antes tiene que hallar un sustituto: ¿Cómo saber cuál es el adecuado?

En este libro, la palabra ocupa un lugar central, porque Florencia Esses juega con ellas de la misma manera que lo hacen los chicos, y esa invitación es muy tentadora.

Un libro donde el humor y el juego dicen "presente".


Liliana Cinetto

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Liliana Cinetto
Una de Vampiros
Verónica Carrera


«No es fácil tener quince años y ser un vampiro. Mis padres siempre me dicen que la adolescencia es una etapa bastante complicada. Pero, en mi caso, todo es más difícil porque pertenezco a una raza que durante siglos fue temida y exterminada...»

Con esta frase comienza a confesarse un personaje singular, cuya vocación de escritor lo llevó a elegir el género autobiográfico para transmitir sus aventuras en el mundo de los humanos.

Bajo la mirada extraordinaria de este joven vampiro, las situaciones más cotidianas se vuelven anécdotas ocurrentes, en las que debe afrontar riesgos y enfrentarse al peligro. Es en esta confrontación entre el mundo sobrenatural y mundo humano en donde surge el humor típico de Liliana Cinetto. No es que Alexis se haga el gracioso, sino que todo lo que dice o hace es tan increíble que parece un chiste.

Una novela para lectores entrenados, en la que hay suspenso, humor, amistad y amor.



Ficha Bibliográfica
Título: Confesiones de un vampiro
Autora: Liliana Cinetto
Ilustraciones: Gabriela Burín
Editorial: Ediciones del Naranjo
Género: Novela
Edad: 8 años en adelante
Páginas: 96

Colección Jataka

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LECTURAS EN FAMILIA
Una idea para estas fiestas
Verónica Carrera






Jataka es la denominación de un tipo de relato que se remonta al nacimiento del budismo en La India, pero también es el título de una colección de cuatro tomos infantiles del sello La Pequeña Bestia (el sello infantil de La Bestia Equilátera). Los Jataka transmiten diferentes anécdotas de Buda antes de encarnar en forma humana, por eso muchas veces, los protagonistas son animales. Se cree también que los relatos Jataka fueron el germen de todas las fábulas que recorren Occidente.



Los Caminos de la Lectura

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Los Caminos 
de la Lectura

Verónica Carrera



Que los chicos no leen es una frase muy instalada en los ámbitos infantiles, sin embargo no es del todo verdadera; está comprobado que cuando a los chicos se les facilita el acceso a los libros, el número de lectores aumenta.

Como punto de partida, tengamos en cuenta que la lectura es un acto voluntario y, a la vez, un proceso que dura toda la vida. Cuanto antes comience este proceso, mejor; pero, para espantar culpas, es bueno saber que este recorrido puede iniciarse en cualquier momento y que el primer paso puede partir, incluso, desde un lugar impensado. Un niño lector se forma en complicidad con un adulto mediador (familiar, maestro, amigo, bibliotecario, librero...), por eso es positivo que todos los que somos lectores nos animemos a asumir el rol de mediadores cada vez que tengamos la oportunidad. ¡Nunca se sabe a dónde puede llegar ese puntapié!